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NO SIN MI PIZARRA

   Con motivo del tiempo muerto de Diego Ocampo de hace unos días que tanto éxito ha tenido en las redes sociales y en el que se dirige a sus jóvenes jugadores sin usar la pizarra, ¡oh sorpresa!, rescato aquí un artículo que escribí hace unos años en el blog viveelbasket  del maestro Eduardo Burgos y que creo que sigue teniendo vigencia en la actualidad.

Es curioso porque la noticia la titulan:
Sin pizarra e impecable: El fantástico tiempo muerto de Diego Ocampo con el Barça B 
resaltando cómo se centra en recordar conceptos claves y hablar en positivo. Si Ocampo se dirige a jóvenes jugadores de 18-20 años de LEB Oro de esta guisa, qué no deberíamos hacer nosotros cuando nos dirigimos a jugadores de 10-14 años.

Vídeo https://kiaenzona.com/basket-feb/fantastico-tiempo-muerto-ocampo-92290/
 

NO SIN MI PIZARRA

   El partido toca a su fin, tan sólo quedan 5 segundos y el equipo Local Rojo gana por un punto. El entrenador del equipo Visitante Azul pide tiempo muerto; tiene posesión del balón y saca de banda desde su campo.



   El técnico local apremia a sus jugadores para que se reúnan entorno a él y poder dar las órdenes oportunas. Sabe que no pueden cometer falta personal, ya que el equipo lleva acumuladas más de cuatro, así que da las instrucciones lo más claras y calmadas posibles.

Primero: --No arriesgamos a robar el balón para NO cometer falta. No cometemos faltas.

Segundo: --No queremos que reciba el Nº 5” (Lleva casi una treintena de puntos y ha estado todo el partido “on fire” ) --Para ello -continúa el técnico local- "el jugador que defiende al que saca NO presiona el balón, hace un dos contra uno sobre el Nº 5 para que este no reciba” ¿Está claro?
Todos los jugadores asienten con la cabeza.

--Tenemos que tener claro que el Nº 5 no recibe, así que el que defiende al jugador que vaya a sacar No presiona al balón sino que hace un dos contra uno sobre el 5 ¿OK?
Todos los jugadores vuelven a asentir.

--Vamos chavales-- Acaba por decir el entrenador para finalizar el tiempo muerto.

   El partido se reanuda con saque de banda para el equipo Visitante Azul y cuando van a sacar de banda se concatenan una serie de errores por parte del equipo Local Rojo dignos del mejor drama.

   El jugador que defiende al que va a sacar corre a la banda a presionar sobre el balón.

   El jugador Nº 5 recibe sin dificultad, con una puerta atrás, tras intentar su defensor robar el balón en el saque.

   Se produce por tanto un cuatro contra tres que termina con canasta del Nº 5 sobre la bocina.

   Todo un tiempo muerto para decir dos cosas y ninguna bien ejecutada. No describiré aquí la cara que se le quedó al entrenador local, pero a fe que la podéis imaginar.

   Este es un caso basado en hechos reales. Podemos poner querido lector el nombre que queramos a los equipos, a los jugadores y al entrenador, aunque los más avispados ya habréis adivinado el nombre de este; que cualquiera con un mínimo de experiencia en los banquillos habrá sufrido situaciones parecidas en algún partido que otro. Obviaremos el nombre de los jugadores y Club para no herir susceptibilidades.

   Hay una cosa clara, en situaciones de máximo estrés y tensión, lo más importante NO es lo que se dice en un tiempo muerto sino lo que pasa por la cabeza de los jugadores en esos momentos. Muchos están presos de los nervios y otros se están acordando de tal o cual fallo en forma de canasta fácil, de aquel balón perdido tontamente o del despiste en defensa que ha costado una canasta al equipo; en cualquier caso están oyendo al entrenador pero NO escuchándolo.

   Sirva esta anécdota como introducción para poder describir la proliferación del uso de LA PIZARRA por parte de los entrenadores de base en los tiempos muertos. El baloncesto de iniciación no son flechas dibujadas sobre una pizarra personalizada, el baloncesto de base son fundamentos técnico-tácticos trabajados insistentemente en una pista. Y no queremos decir con esto que tal instrumento no sea útil, ni mucho menos, decimos que se abusa de ella y en muchos momentos que, en nuestra opinión, no vienen a cuento y además con equipos cuyos jugadores podemos ver que carecen de talento físico y de fundamentos individuales y es ahí donde está su problema y no en cuestiones tácticas. Entendemos que en casi todos los equipos Mini e Infantiles el uso de la pizarra no debería ir más allá de indicarles dónde se deben situar y poco más, soy más partidario en esos casos del laissez faire que de dibujar algo para lo que no están preparados. No intentemos que resuelvan problemas de álgebra cuando no saben aritmética.

   Ocurre con mucha frecuencia, y en todas las categorías, que tras un parcial en contra, pongamos que de diez a cero, el entrenador del equipo que lo ha encajado solicite, con buen criterio, tiempo muerto. Y ocurre asimismo que inmediatamente empiece a buscar por entre bolsas, botellas, toallas y otras prendas su bien más preciado: la PIZARRA , y empiece a garabatear en ella flechas y otros símbolos que indican el siguiente ataque a realizar cuando, claramente y en la mayoría de los casos, lo que procede es hablar de corregir la defensa :en el uno contra uno, en la primera o segunda ayuda, en el bloqueo del rebote, en el balance defensivo, en subir la intensidad, etc. No y no. Parece que se es más y mejor entrenador si dibujamos unos movimientos de ataque en la imprescindible PIZARRA. Item más, muchas veces se dibujan “ocurrencias” de manera precipitada tras un largo periodo de reflexión, que no hace sino consumir los segundos del tiempo muerto sin decir NADA y, lo “mejor” de todo, cuando se reanuda el juego los jugadores actúan, en muchos casos, a su libre albedrío y es que en el fondo no se han enterado de qué significan esas flechas, cuando no garabatos, dibujadas en el tablero ya que ellos están en otra cosa.
  Por cierto, la pizarra, el campo, ¿se pone mirando para los jugadores o al entrenador? Cuidado con esto que muchos jugadores en Mini e Infas acaban tirando en su propia canasta. ;))

   Sí, lo confieso, yo también utilicé la pizarra, hablo bien, utilizo el pretérito perfecto porque hace años que prácticamente no la uso con equipos formativos más allá de indicar a los jugadores dónde han de situarse.
  Con equipos Seniors de categoría nacional casi dejé de utilizarla cuando advertí que, en un momento dado, podía utilizarla como arma arrojadiza sobre algún jugador propio, cuando cometía un error garrafal, jugándome con ello la vida dada mi escasa estatura, de hecho más de una vez la arrojé violentamente contra el suelo en un acto de bondad hacia mí; amén de descubrir que en la mayoría de las ocasiones no servía sino para desorientar a los jugadores, claro que mi pericia con el rotulador tampoco era nada del otro mundo. ;))

   Puesto a pensar me pregunto si en los actuales cursos de Entrenador de Baloncesto, desde el de Iniciación al Superior, hay una asignatura llamada algo así como “TÁCTICA: NO SIN MI PIZARRA” en la que se enseña a manejar el rotulador Whiteboard con profusión, soltura y destreza. Yo mismo me voy a apuntar a un curso que he visto en internet que se llama: TÉCNICAS DE EXPRESIÓN GRÁFICA, quiero que mis flechas salgan lo más perfectas posibles, tanto que lo que dibuje siempre acabe en canasta, nuestra claro, porque a la que te descuidas y dibujas más flechas de la cuenta la canasta suele ser del equipo rival.
    Estoy tentado de recomendar ese curso a los Técnicos de la Federación para que la incluya como asignatura obligatoria. Desde luego que haré lo que sea por parecer un Técnico moderno o al menos “Vintage” pero nunca antiguo, que no es lo mismo. Por cierto, yo ya tengo mi PIZARRA, la he comprado online, por supuesto.

Artículo publicado en el blog amigo del maestro Eduardo Burgos http://viveelbasket.blogspot.com/ el 27/01/2015



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