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PRINCIPIO DEL AMONTONAMIENTO

Que hagan espadas de sus azadones y lanzas de sus hoces, y que el débil diga: «¡Yo soy fuerte!» (Joel 4:11) 
 
De las muchas acepciones según la R.A.E. del verbo atropellar, me quedo para ilustrar este post con la 7ª y la 9ª. A saber:

   7. Hacer algo precipitadamente y sin el cuidado necesario.
   9. Apresurarse demasiado en las obras o palabras.

   Si buscamos el significado etimológico de dicho verbo podemos comprobar como “ATROPELLAR” viene de “TROPA” y esta enlaza con “TROPEL” cuyo significado es: Masa confusa en movimiento desordenado y aplastante.

   En cualquier caso, tanto la palabra tropa como la de sus derivados parece proceder de un vocablo con raíz germánica: “Thurp” que significa: masa, amontonamiento.

   ¿Y qué tiene todo esto que ver con el baloncesto? te preguntarás querido colega. Pues mucho, bastante más de lo que imaginas. Sigamos.

   Cualquiera que se pasee un fin de semana por la canchas de baloncesto puede verlo, especialmente en los partidos de minibasket e infantiles. Un equipo muy superior físicamente presiona y presiona en todo campo al equipo contrario, mucho más débil, sin apenas dejarlo sacar de fondo y en cualquier caso sin pasar de medio campo. La diferencia en el marcador va aumentando: 10, 20, 30,…puntos, pero el entrenador del equipo superior no ceja en arengar a los/as suyos/as para que no aflojen en su presión, ni de presionar a los árbitros reclamando pasos, dobles, faltas, etc. del equipo rival.

   De repente el auxiliar de mesa hace sonar el silbato e indica la señal al árbitro y a los entrenadores de que se han alcanzado los 40 puntos de diferencia, si es en minibasket, o los 50 si el partido es en infantiles. Y es entonces y sólo entonces cuando el equipo superior retrocede hasta medio campo obligado por el reglamento. Por fin han logrado su casi único objetivo: “cerrar el acta”. Se suelen marcar retos tales como conseguir cerrarla antes del 2º ó 3º periodo, etc., para luego ufanarse del logro ante los suyos. Son los equipos, mejor dicho, entrenadores “cierra actas”. Hasta aquí todo correcto, todo legítimo. Allá ellos/as.

   Más si alguien con conocimientos de baloncesto se fija con cierto detenimiento, puede observar como la defensa presionante de estos equipos suele ser una defensa puramente física, sin estructura, sin matices tácticos. Es una defensa de manotazos y empujones, una defensa por atropello; lo que yo llamo por AMONTONAMIENTO: cuatro o cinco jugadores metidos en campo del contrario realizando 2x1, 3x1, 4x1 da igual si consiguen robar el balón y anotar.

   Todo esto además aprovechándose de la permisividad arbitral, a veces dirige un árbitro solo, que suelen ser novatos con todo lo que ello conlleva y se ven desbordados por ese sin fin de contactos y manotazos. Por cierto, ¿para cuándo árbitros con experiencia y conocimientos del juego en las categorías más pequeñas?

   Son defensas acostumbradas a robar en primera línea y como normalmente no están bien organizadas, en cuanto un equipo rompe la citada línea de presión son muy vulnerables ya que No están entrenadas en los relevos defensivos. Los/as jugadores/as de estos equipos suelen presentar carencias en su formación técnica ya que están acostumbrados, casi en exclusiva, a hacer “bandejitas” 1x0, además no se les corrigen los errores técnicos: si entran a canasta con la mano correcta, si usan las dos manos para botar, si su mecánica de tiro es buena, etc. Lo realmente importante para sus entrenadores es que metan canasta, da igual como sea, pero que acabe en canasta. En realidad estos entrenadores están enseñando a ganar por encima de todo, sacrificando la técnica individual por la táctica y saltándose pasos que luego van a suponer carencias en la formación de sus jugadores/as. Pero, qué más da si ganan. Pan para hoy y su ego, hambre para sus jugadores/as mañana.

   Empero, hete aquí, que estos entrenadores cierra actas suelen cumplir fielmente el axioma de fuerte con el débil, débil con el fuerte y cuando se enfrentan a equipos de su nivel o superior, son incapaces de hacer presión a todo campo y entonces retroceden su defensa para no mostrar sus carencias, lo normal es que acaben refugiados en su zona, prietas las filas, y a esperar el error del contrario.

Lo aquí expuesto me lleva a plantear la siguiente ley o regla a la que he llamado “PRINCIPIO DEL AMONTONAMIENTO” y que reza así:

“Todo equipo superior físicamente que presiona amontonado, desde el primer al último minuto, en todo el campo a uno inferior, experimenta un decaimiento en su presión inversamente proporcional a la fortaleza del equipo a que se enfrenta”



   Dicen con razón que para todo hay una primera vez y en mi caso así ocurrió hace unas temporadas, entrenaba al equipo infantil femenino federado de mi querido Colegio Virgen del Carmen, para mí toda una novedad, mi primera vez entrenando a un equipo femenino. Era un equipo de primer año, pre infantil, en el 95% de sus jugadoras, con el handicap que esto supone tanto técnica como físicamente, en definitiva presa fácil para los equipos cierra actas y bien que lo padecimos.

   Resultaba difícil, creedme, no caer en la tentación de “robarle” tiempo a la técnica individual para dedicárselo a la táctica colectiva y así poder “suavizar” las derrotas, lo hablaba con frecuencia con mis asistentes Miguel Ángel Aguayo y Laura Villarejo. El camino así es mucho más lento, pero eso sí, al final da más frutos, aunque a muchos progenitores les cueste entender que hay entrenadores que intentamos enseñar a jugar a baloncesto, aún a costa de perder, y otros que simplemente enseñan a ganar basándose en la táctica.

   Eso sí, cuando veía una sonrisa en la cara de “mis” niñas yo disfrutaba, como disfruté viendo lo que estaban creciendo como jugadoras y como equipo. Disfruté viendo la capacidad de mejora y la ética de trabajo que tenían y tienen y entonces pensaba y pienso que la derrota simplemente forma parte del proceso de aprendizaje y recordaba con frecuencia las palabras del profeta Joel y me decía: SOMOS FUERTES.

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