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DE LA ARITMÉTICA AL ÁLGEBRA

  Las matemáticas están presentes en cualquier faceta de nuestra vida diaria: en ordenadores, en los teléfonos móviles, en navegadores, y un larguísimo etc. y, cómo no, también están muy presentes en nuestro querido baloncesto. Desde las dimensiones de la pista, la altura del aro o el diámetro de este, pasando por el arco que damos al tiro o las medidas que tiene el balón. Sí, las matemáticas están siempre con nosotros y en cualquier momento.

  Hay unas matemáticas básicas, elementales y fundamentales y otras más sofisticadas y elaboradas. Entre las primeras nos encontramos con la Aritmética y entre las segundas tenemos el Álgebra.
La Aritmética es la rama de las matemáticas en la que se estudia los números y las operaciones elementales hechas con ellos: suma, resta, multiplicación y división.

  El Álgebra es una rama de las matemáticas que emplea números, letras y signos para hacer referencia a las distintas operaciones aritméticas que se realizan. En el álgebra trabajamos con incógnitas que están representadas con letras. El exponente máximo de una incógnita es la “X”




Parece obvio que sin saber operaciones de aritmética y sin saber resolver problemas de operaciones elementales es imposible saber de álgebra y, por tanto, saber resolver problemas que tengan que ver con ella.

La aritmética es imprescindible para el álgebra. No se puede manejar el álgebra sin dominar la aritmética.

Podemos hacer un símil, extrapolarlo al baloncesto de base y decir que la aritmética son los fundamentos y los problemas aritméticos son la táctica individual y la toma de decisiones.

Del mismo modo, el álgebra sería la táctica colectiva y los problemas de álgebra serían las variantes de un sistema de ataque en función de la "lectura" de la defensa.

Los fundamentos individuales son imprescindibles para la táctica. Difícilmente podremos manejar la táctica sin dominar los fundamentos.

Cuando hablas con profesores y profesoras de matemáticas sobre las dificultades de los niños a la hora de resolver cuestiones matemáticas, te suelen comentar que el problema es que los niños no entienden los problemas porque no saben leer. Esta falta de comprensión lectora hace prácticamente imposible que sepan resolver los problemas al no llegar a entender el planteamiento.

De igual modo en formación, si los jugadores no comprenden la táctica colectiva: bloqueos, sistemas, spacing etc., convierten el proceso de aprendizaje del baloncesto en bastante más difícil e ininteligible de lo que es. Si los jugadores no entienden los conceptos por carecer de base, es difícil que sepan tomar decisiones correctas y se limitaran a realizar las acciones que les pidamos de manera sistemática. Es como si se aprendiera una fórmula matemática de memoria pero sin entender cuándo aplicarla, nos dará para resolver algunos problemas pero a la larga no sabremos por qué del uso de esta fórmula. Es evidente que el esfuerzo mental que un jugador tiene que hacer para entender una jugada que no comprende, perjudica mucho a su toma de decisiones.

Frecuentemente podemos ver en las pistas a equipos de formación cuyo juego es mecánico y rutinario, los jugadores ejecutan lo que su entrenador les indica, pero en realidad no lo entienden, no saben ver más allá.

Es por esto que los entrenadores formativos debemos fomentar la lectura, entendiendo esta como el conocimiento del juego, la compresión de lo que pasa en la pista, la correcta toma de decisiones. Del mismo modo que si un niño no sabe leer bien nunca podrá resolver un problema matemático, si un jugador no sabe leer el juego no sabrá tomar la decisión correcta, y para leer el juego hay que dominar bien los fundamentos. Por tanto, no deberíamos enseñar primero la táctica colectiva (álgebra) dejando en un segundo plano la técnica y táctica individual (aritmética) porque si nos empeñamos en eso estaremos equivocando el orden y por ende pretenderíamos que nuestros jugadores resolvieran problemas de álgebra sin saber aritmética.

Desde luego que el baloncesto no es una ciencia exacta, ni muchísimo menos, pero parece lógico que primero enseñemos el control del balón: bote, pase y tiro, así como la correcta ocupación de espacios, antes que meternos en conceptos tácticos que resultarán confusos e incomprensibles para nuestros chicos. No podemos engañar a nuestros jugadores con operaciones matemáticas como la del vídeo adjunto para que crean que esa es la solución.




A medida que avanzamos en la formación de nuestros jugadores, esta se vuelve, como las matemáticas, más difícil y compleja, pero hacer frente a esas dificultades forma parte de nuestro trabajo. Si consideramos que no estamos preparados para seguir con el progreso de nuestros jugadores mejor que lo haga otr@ compañer@ y así no cortamos su evolución.

La tarea de la enseñanza de la técnica y táctica individual a nuestros jugadores supone desarrollar un trabajo estratégico de largo alcance. Hay cartas que vienen marcadas por factores externos tales como la capacidad de trabajo, el talento físico o intelectual del jugador pero sin duda que nosotros debemos estar ahí para saber jugar esas cartas y sacar lo mejor de cada jugador teniendo siempre una visión prospectiva y esto pasa por asentar y desarrollar bien los fundamentos básicos.

No convirtamos la enseñanza del baloncesto formativo en un mal chiste matemático:

Dijo Jesucristo a sus apóstoles: - "y = 2x2 + 3x - 5"

Pedro respondió: - "Maestro, no te entendemos"

Y contestó Jesucristo: - "Es una parábola"

Eso mismo pretende ser este artículo, una metáfora entre las matemáticas y la enseñanza el baloncesto en la que nos debe quedar claro que antes que saber dividir hay que saber sumar, ya vendrán las ecuaciones.

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