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¿SOLDADO O EXPLORADOR?

    La disyuntiva Ganar o Formar es una cuestión que planea constantemente entre quienes nos dedicamos al baloncesto formativo o al deporte de base. Creo sinceramente que no son excluyentes siempre que formar esté antes que ganar. Vaya por delante, ganar nos gusta a todos, otra cosa es la forma que elegimos para ello. Ganar debe ser la consecuencia de una buena formación, pero esta es sólo mi opinión, mi punto de vista, y seguro que hay muchos entrenadores formativos que discrepan de ella.

   
   Nuestro punto de vista, nuestra perspectiva, lo es todo cuando atañe a nuestras convicciones porque estas están envueltas bajo el manto del sesgo de confirmación. Según los psicólogos Margit E. Oswald y Stefan Grosjean, "el sesgo de confirmación es la tendencia que tenemos a favorecer la información que confirma nuestros supuestos, nuestras ideas preconcebidas o hipótesis, independientemente de que éstas sean verdaderas o no".

      Por otro parte, somos más subjetivos con la información que va en contra de nuestras creencias, y seremos más escépticos y las someteremos a una mayor crítica, mientras que si esas creencias concuerdan con las nuestras tenderemos a darle mayor credibilidad. Esto es lo que los expertos llaman razonamiento motivado. Un ejemplo claro de esto lo tenemos en la última jugada de la final de la Copa del Rey de baloncesto de 2019, donde madridistas y culés nunca se pondrán de acuerdo en si "el tapón" fue una acción legal o no, cada uno ve y razona una cosa distinta.
      Como el psicólogo social Jonathan Haidt dijo una vez , "el proceso de razonamiento es más parecido a un abogado que defiende a un cliente que a un juez que busca la verdad".

  Tanto el sesgo de confirmación como el razonamiento motivado impiden que analicemos serenamente los datos e información que recibimos y, por tanto, imposibilitan muchas veces que podamos llegar a estar de acuerdo ante un mismo asunto o hecho. Según los especialistas tenemos un gran componente de irracionalidad y debemos aceptar el convivir con ello.

    Julia Galef, experta en racionalidad aplicada, divide nuestro tipo de pensamiento y actuación en dos, y los denomina Soldado y Explorador.

    El razonamiento del soldado, explica J. Galef, está basado en emociones como el tribalismo y en un instinto ofensivo y/o defensivo, así como la necesidad de autoprotección y de la protección de quien hay a su alrededor. Su misión: derrotar al enemigo.

    La misión del explorador, según la experta, no consiste en atacar o defender sino en entender y analizar qué pasa y qué hay a su alrededor. El explorador es aquel que sale, cartografía el terreno e identifica las posibles dificultades. Por encima de todo, el explorador quiere saber qué es lo que realmente hay allí fuera de la manera más precisa posible.

    Después de leer y pensar sobre todo lo anterior, no puedo por menos que extrapolar todas estas reflexiones al terreno del baloncesto formativo y llegar a la conclusión de que en el basket de base  hay entrenadores soldados y entrenadores exploradores.

    El entrenador soldado no tiene más horizonte que la victoria sin importarle cómo lograrla, y para conseguirla utilizará las tácticas necesarias para tal fin, no ponderará si deja cadáveres propios o ajenos. Muy posiblemente los jugadores del entrenador soldado tengan poco dominio de la técnica y la táctica individual así como escasa capacidad de toma de decisiones, casi todos sus conceptos se centran en la táctica colectiva, ofensiva y defensiva, ordenada por su entrenador: Tu aquí, tú allí, tú haces esto y tú haces lo otro.

    El entrenador soldado no valorará que lo importante en edades tempranas no son las victorias y los títulos conseguidos, sino el proceso y la capacidad que tienen l@s jugador@s para empaparse de conocimientos, entender el juego y comprender los valores sociales.

    Los intereses del entrenador soldado están muy por encima de los intereses de los jugadores. Este tipo de entrenador puede estar toda la semana en las sesiones de entrenamiento insistiendo en una serie de pautas o conceptos técnico-tácticos que luego, en mitad del partido, los puede cambiar para poder ganarlo. Su único fin: Derrotar al rival.

    Por otro lado, el entrenador explorador analiza la categoría y el nivel de sus jugador@s, detecta sus carencias y trabaja en base a ellas, sin prisas, sabiendo que los resultados de su trabajo sólo se verán reflejados años después y serán muy difíciles de cuantificar ni calificar. El entrenador explorador planifica y programa a largo plazo integrando la técnica y táctica individual dentro del juego colectivo, del mismo modo que corrige a la vez que permite que los jugadores tomen iniciativas. Hoy en día este tipo de entrenador nada contracorriente ya que no se deja llevar por el cortoplacismo que está tan de moda.

    Cuando ponemos a prueba nuestras opiniones más firmes, Julia Galef nos pregunta: “¿Qué es lo que más deseamos? ¿Deseamos defender nuestras propias ideas a toda costa o deseamos ver el mundo lo más neutral y realista posible?”.

    En definitiva, ¿deseamos ser soldado o explorador? Yo desde luego hace tiempo que decidí, pero claro, todas estas reflexiones están hechas bajo mí sesgo de confirmación y muy posiblemente, si tú estás de acuerdo con las mismas sea porque está actuando tu razonamiento motivado.







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