Ir al contenido principal

LEYENDO EL JUEGO

   La evolución de la enseñanza del baloncesto en los últimos 25-30 años ha sido enorme en cuanto a metodología se refiere, pero no es menos cierto que también ha habido grandes cambios en cuanto al juego y los jugadores, especialmente en el aspecto físico, aunque, tal vez hemos dado de lado a la enseñanza del conocimiento del juego. Que el baloncesto sea actualmente más rápido y más físico, no significa que no sigamos necesitados de jugadores inteligentes en el juego, jugadores estos, que suelen ser los que acaban por decantar el signo de los partidos y que no tienen que coincidir con los grandes manejadores del balón.

   Cuando se juega a baloncesto, aprender a leer el juego es casi tan importante como los fundamentos técnicos y los conocimientos tácticos colectivos.

   Los entrenadores formativos solemos dedicar mucho tiempo a las habilidades técnicas y debemos dedicar más minutos a trabajar la lectura del juego, al menos tanto como al manejo del balón, para lograr tener mejores jugadores. Si nos centramos en aprovechar las cualidades técnicas de un jugador con el fin de ganar, le estaremos haciendo un flaco favor de cara al futuro porque no sabrá jugar al baloncesto como un deporte de conjunto.

   Por tanto, no debemos centrar nuestro método en dar instrucciones directas del tipo levanta la cabeza, sino que debemos plantear en nuestros entrenos propuestas que en cierto modo “obliguen” a hacer ese gesto, levantar la cabeza, para que el jugador sea capaz de ver qué pasa en el juego.

 


   Los entrenadores tenemos dos armas muy poderosas a la hora de guiar a nuestros jugadores en el conocimiento del juego, estas armas son los juegos reducidos y las reglas condicionantes. Con estos elementos podemos lograr que pasen las cosas que queremos sin necesidad de dar instrucciones directas. Si introducimos en una batidora el juego reducido y las reglas condicionantes, y le agregamos la técnica y la táctica individual, así como la toma de decisiones y lo batimos en sus justas proporciones, nos saldrán jugadores inteligentes capaces de dominar el juego.
Estos y otros aspectos relacionados con la lectura y la comprensión del juego, son conceptos
que deberíamos introducir en las sesiones de las categorías de base para que se conviertan en algo habitual y en parte del entrenamiento desde edades tempranas.

   A continuación, voy a proponer una serie de tareas como idea para saber cómo trabajar la lectura del juego desde Mini e infantiles hasta, adaptando la exigencia, cadete y junior. Con estos ejercicios pretendemos que los jugadores, especialmente cuando tienen el balón, sean capaces de ver más allá de su posición y a determinar cuando tienen ellos la ventaja y cuando sus compañeros.

Comentarios