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EL CONCEPTO WOKE, LA PIZARRA Y SUS MATICES

   ADVERTENCIA: El siguiente artículo contiene opiniones y reflexiones personales que pueden herir la sensibilidad del lector. Léase sólo si se es tolerante a la discrepancia.
 
   Leía hace unos días un interesante artículo del periodista británico John Carlin en el que hablaba de un nuevo concepto que se ha puesto de moda no hace mucho tiempo en el mundo anglosajón, el término en sí es woke, que significa despierto.

   Este movimiento nace con la idea primitiva de estar atento a los mensajes con posible contenido racista o cualquier tipo de discriminación, pero, como en tantas otras ocasiones y casos, este concepto ha sido retorcido hasta pervertir su sentido y su uso va mucho más allá de la idea con la que nació y se ha extendido a todo tipo de causas.

   Actualmente el "militante WOKE” está atento a informarse e interesarse por todo lo que se dice y se comenta en las Redes Sociales y a opinar sobre ello fervorosamente, a favor o en contra, independientemente de si el asunto le concierne o no pues, en general, se cree moral e intelectualmente superior y con potestad para interceder. El woke siempre estará ojo avizor para interpretar y reintrerpetar, cual exégeta de la social network , cualquier opinión y detectar de esta manera a posibles ofensores y así estar presto a defender a los posibles ofendidos. 



   Es obvio que debemos respetar las opiniones discordantes, se esté o no de acuerdo con ellas, siempre que estas estén argumentadas y no medien descalificaciones personales.
Cuando alguien da su opinión de manera respetuosa, es simplemente eso, su opinión. Se podrá estar más o menos de acuerdo, pero simplemente es una opinión personal que siempre se puede rebatir con razonamientos. Sin embargo, cuando alguien opina y defiende a capa y espada sus ideas con descalificaciones e insultos, significa que se tienen pocos argumentos que aportar en un debate, además de ser una persona maleducada y soez. Claro que, insultar, meter bronca y dar altavoz a la polémica, parece ser que genera más tráfico e interacciones en las Redes que ser respetuoso, e igual algunos buscan eso.

   No sé, da la sensación de que las Redes Sociales nos han vuelto más sensibles y con la piel más fina, hasta el punto que uno no puede dar su opinión sobre algo a lo que se dedica y estudia desde hace 45 años sin que nadie se ofenda. Escribes un tuit de tono irónico e inmediatamente aparecen ofendidos que te exigen pedir perdón, te tachan de dogmático o que buscas likes fáciles, e incluso que has hecho una crítica destructiva a una compañera. 
Estas son las cosas del lenguaje escrito, donde es muy difícil captar el tono y es imposible apreciar el lenguaje corporal y al que ahora se ha unido el movimiento Woke para aclararnos dudas. (Nótese aquí la ironía)

   La cuestión es que coincidiendo con el PlanetaMini2021 (!qué mal nos llevamos el PlanetaMini y yo¡) escribí un tuit que, desafortunadamente por mi parte, lo ilustré con una imagen, de entre tantas que pude haber elegido, de la seleccionadora Mini de Galicia Rosa Crespo, a la que no conozco, y dicha imagen se interpretó que la señalaba a ella personalmente, cuando no se me pasó ni remotamente por la cabeza. Desde aquí le vuelvo a reiterar mis disculpas. 
   El tuit en cuestión sólo pretendía señalar no el uso, sino lo que yo entiendo como el abuso de la pizarra en categorías formativas, pero la parte nuclear del mensaje que intentaba transmitir quedó enterrado por el aluvión de críticas que recibí, y el foco se puso en que "había señalado a una compañera cuando es una gran entrenadora", como si yo hubiera discutido eso en algún instante. 

   Llegado a este punto, he de decir que no soy antipizarras ni mucho menos, solo que creo que el baloncesto de iniciación no son flechas dibujadas sobre una pizarra personalizada, el baloncesto de base son fundamentos técnico-tácticos trabajados insistentemente en una pista. Y no quiero decir con esto que tal instrumento no sea útil, ni mucho menos, digo que se abusa de ella en edades que, en mi opinión, no están los niños lo suficientemente maduros y además, con equipos cuyos jugadores podemos ver que carecen de talento físico y de fundamentos individuales y es ahí donde está su problema y no en cuestiones tácticas. Entiendo que en casi todos los equipos Mini e Infantiles el uso de la pizarra no debería ir más allá de indicarles dónde se deben situar y poco más, soy más partidario en esos casos del laissez faire que de dibujar algo para lo que no están preparados.

   Siempre habrá quien diga que una selección Mini tiene más nivel que un equipo de club, y en la mayoría de los casos es así, pero ni mucho menos todas las selecciones, ni todos los años, porque no todas las selecciones tienen jugadores de 12 años con la suficiente madurez y conocimientos técnico-tácticos como para saber lo que se pretende transmitir con la pizarra y no creo que todos los entrenadores de todas las selecciones la usen únicamente para señalar los espacios a ocupar, como parece que se quiere transmitir, y que ninguno de esos entrenadores la utilice para dibujar una jugada con sus bloqueos. 

   Así que, si mezclas la falta de madurez intelectual de los jugadores con muy pocos entrenamientos con su selección y a eso le metes presión; mucha presión por ganar para no descender o ascender de categoría o para conseguir una medalla,  y además añades mucho ruido y cánticos en las gradas, nos sale un cóctel imposible de digerir para la mayoría de los niños. No, no se puede comparar el uso de la pizarra de un entrenador en esas condiciones con las de un maestro en clase como alguno me quiso hacer ver, el hábitat de una cancha de baloncesto y un aula es totalmente diferente. 

   Tendemos a valorar a nuestros jugadores como de buen nivel, cuando no todos lo tienen, como excusa para justificar el uso de conceptos y útiles tácticos cuando es algo que debe llegar poco a poco y de manera progresiva. 
   En un programa de Colgados del aro, Pablo Laso  comentaba (minuto 21´45´´) que había un jugador importante del Madrid que durante los tiempos muertos asentía con la cabeza mientras él, Laso, hablaba, y que cuando acababa de hablar le solía preguntar: ¿Entonces, qué jugamos? 
Si eso le ocurre a un jugador profesional del más alto nivel, qué no le pasará a un niño/a de 12 años sometido a una presión extra y con una gran algarabía en las gradas. 
   
   Nadie se convierte en mejor entrenador porque tenga un polo de marca con un escudo y tenga una pizarra personalizada en la que dibujar flechas que siempre acaban en canasta. 
¿Se puede usar la pizarra?, pues claro que , pero ¿siempre y en todo momento y en según qué categorías? pues sinceramente creo que no, sin embargo, parece que hay entrenadores que no saben comunicarse con sus jugadores si no es con ella y un rotulador.

   Las Redes Sociales tienen sus ventajas e inconvenientes, entre ellos  la sobreexposición constante a la crítica y opiniones de los demás, sin embargo deberíamos huir en la medida de lo posible del pensamiento binario del tipo: ¿Qué es mejor, el método analítico o global? ¿Usar la pizarra en Mini, sí o no? ¿Hacer defensas de zonas en infantiles, sí o no? ¿ Bloqueos en Mini e Infas, sí o no?. 
   Opiniones hay, para estas y otras cuestiones, tantas como entrenadores y colores hay en la paleta. Debería haber un sistema Pantone de la opiniones con todos los matices y su correspondientes códigos para así evitar malos entendidos. De hecho en mi perfil de Twitter ya digo que "mi opinión no es la verdad absoluta", simplemente es mi punto de vista, mi perspectiva, eso sí; todas esas opiniones tienen obviamente otras perspectivas y, claro está, muchos matices que son muy difíciles de apreciar por escrito y que necesitarían de un debate sosegado y, en esto creo que igual estaremos de acuerdo, con unas cervezas o un buen vino por delante de los que podamos también apreciar sus matices.






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