Ir al contenido principal

ENTRENADORES: HACKER & CRACKER

   Suele ocurrir con cierta frecuencia que confundamos los términos con que denominamos a los expertos cibernéticos: hacker y cracker, ya que ambos son personas con grandes conocimientos sobre informática. Ahora bien, el hacker usa sus conocimientos para descubrir las vulnerabilidades de los sistemas informáticos como diversión o para ayudar a mejorar la seguridad de dichos sistemas, mientras que el cracker lo hace con fines ilícitos tanto con ánimo de lucro personal o para publicar el contenido en la red, cometiendo en cualquier caso un delito.

   De tal modo que, aunque ambos son expertos informáticos, sus ideas son completamente distintas porque los primeros tienen un código ético del que carecen los segundos ya que estos se sirven de cualquier medio para conseguir objetivos malintencionados.

   Me gusta pensar que nuestros jugadores tienen en su cabeza una CPU, con más o menos potencia en su procesador y con más o menos capacidad de almacenamiento, y que nosotros somos entrenadores-hacker que debemos ser capaces de, cual pirata informático, romper su contraseña para acceder a su interior e introducir en su disco duro cierta información en forma de conceptos técnico-tácticos y de conocimientos del juego y valores.

   Hay una serie de jugadores, los llamados jugones, tipo Navarro, Doncic, Ricky, etc. y en cada equipo y club a según que nivel otros, a los que es fácil adivinar su contraseña ya que esta suele ser del tipo 1234 o fecha de nacimiento, es decir, muy sencilla de averiguar. A ese tipo de jugadores cualquier entrenador es capaz de acceder sin dificultad, otra cosa es que unos entrenadores puedan darle más y mejor in-formación que otros, en cualquier caso son jugadores capaces de procesar rápidamente y sin sobre calentarse los datos que se le suministran.
   

   Ahora bien, creo que el verdadero entrenador-hacker es aquel que es capaz de introducirse en el sistema informático del jugador que más abunda, el de nivel medio/bajo, ya que este tipo de jugador, presenta una contraseña alfanumérica muy difícil de descifrar y ese logro no está alcance de cualquiera. Es en estos casos donde se ve el verdadero nivel de un entrenador formativo, casos en los que hay que ser verdaderamente pacientes para lograr descifrar la contraseña y poder penetrar en la cabeza del jugador ya que el desafío puede resultar frustrante.

   Claro que, por otro lado, tenemos al entrenador-cracker que lo único que le importa es robar la información que ya tiene el jugador, y de este modo se centra casi exclusivamente en sus jugones a los que puede acceder fácilmente, ya sabemos que sus contraseñas son muy sencillas, para aprovecharse de las cualidades físico-técnicas y así poder lograr su casi único objetivo: GANAR.
El entrenador-cracker no se limita sólo a robar información, también introduce en el jugador malware,  programas infectados en forma de sistemas tácticos cerrados que acaban por dañar con el tiempo la CPU de sus jugadores.

   Uno puede llegar a colegir de lo anteriormente expuesto que los entrenadores-hacker son buenos y los entrenadores-cracker son malos, pero la cosa no es tan simple porque hay una delgada línea que difumina a uno de otro ya que los dos tipos de entrenadores utilizan sus habilidades metodológicas y conocimientos para acceder al cerebro del jugador; la diferencia está en la intención y el uso que le dan una vez acceden a él porque en muchos casos es complicado diferenciar a unos de otros y pasar de un modelo a otro es relativamente sencillo, si bien es cierto que pasar a ser entrenador-cracker es más frecuente que al contrario, pero no debemos perder la esperanza de que este tipo de entrenador acabe convirtiéndose en uno del tipo hacker y centre sus conocimientos en beneficio del jugador y no en el suyo propio. 

Hace unos días leí en MARCA un artículo, Crisis del jugador español en ACB , que no por sabido dejó de perturbarme y me pregunto qué parte de culpa tenemos los entrenadores formativos en esa falta de jugadores españoles, porque no me cabe duda que una parte importante de culpa tenemos ya que el jugador del tipo medio/alto escasea tanto o más que la trufa.

   Una de las principales figuras del movimiento del software libre, Eric S. Raymond, decía que ser capaz de superar la seguridad no te convierte en un hacker, de la misma forma que hacer un puente a un coche no te convierte en ingeniero mecánico.  

Yo añadiría que obtener un título, ponerte al frente de una plantilla de jóvenes jugadores e incluso ganar campeonatos, tampoco te convierte en entrenador formativo de facto, porque tus intenciones, tu metodología  y visión deben ser prospectivos e ir mucho más allá del resultado del marcador hoy, y eso no resulta nada fácil.  


Comentarios