TRIPILAND

 Tenemos que acostumbrar a nuestros jugadores a la tensión de la competición y para ello hemos de proponer tareas que los sometan al estrés. Con los juegos reducidos y las reglas condicionantes, los entrenadores tenemos un arma poderosa con la que condicionar a nuestros jugadores y , en este caso, someterlos a una cierta ansiedad parecida a la de un partido.

Los contactos son algo recurrente en el baloncesto y hay que fomentarlos desde la base, echando mano de tareas que se asemejen a situaciones que los jugadores verán en el futuro. En esta tarea, además de trabajar las líneas de pase, principalmente trabajamos lo que con el tiempo será la anticipación defensiva en el poste bajo y la lucha por la posición en el rebote.  

 Las tareas anti-covid no tienen que ser necesariamente aburridas. Aquí os traigo una propuesta donde planteamos diferentes estímulos para los jugadores. El primero es estar pendiente del jugador central para ver a quién pide este el balón con lo que agregamos también un cierto grado de incertidumbre. Posteriormente añadimos el contacto visual entre los jugadores así como diferentes tipos de finalizaciones.

En muchas ocasiones, los ejercicios que realizamos se pueden enfocar tanto en la defensa como en el ataque. En esta tarea que propongo ocurre lo mismo, el foco lo podemos poner en uno u otro aspecto además de añadirle un cierto toque de incertidumbre, al no saber la defensa si el entrenador pasará a 1 o 2 , ni cuál será la reacción de 3.